EXPROPIANDO

El fuego quema. Se puede decir de mil maneras diferentes y alguna de ellas nos puede resultar agradable a nuestros oídos, pero quitando cualquier histórica interpretación, el fuego siempre quema. Los dichos claros en política no existen. Los hechos SI. 

Muchos de estos ocurren delante de nuestras narices y aún así no podemos verlo. Se necesita un buen ejercicio para restaurar nuestra vista y de esa forma saber detectar las cosas como son.

La pandemia, la crisis, la pobreza, cualquier música transforma la realidad en manos del poder público y como no va a ser posible la expropiación  (selectiva ,para que no suene mal) si todo el paquete, aún desconocido por la ciudadanía ni es progresista ni peronista ni nacionalista.

Es un totalitarismo disfrazado, un nuevo vestido que, al parecer, todos están dispuestos a comprar.

Parece que en Rosario, la gente se ha echado a la calle para protestar contra la expropiación de la empresa Vicentín y de alguna forma evitó que los funcionarios del estado pudieran entrar en la empresa. 

Al parecer, pero de a poco, van descubriendo que debajo del agua no se puede respirar y mientras comienzan a chapotear con mucho ruido, siempre existe la posibilidad de que vuelvan a sumergirse sabiendo que muertos podrían estar mejor. Espero que los buenos ejemplos que nos da la historia evite que la gente vuelva a la resignación.